Salgo del puti-antro-centro de culto religioso de Klausan
buscando a Conejo. Me espera quitado de la pena sentado en una piedra. Estoy
tan molesto que veo todo como una película en blanco y negro con subtítulos. En
mi cabeza suena Welcome Home de Radical Face, pero sólo en mi cabeza.
Le reclamo por haber tenido la llave todo este tiempo y no
haberlo dicho. Él sólo se encoge de brazos.
Yo hago berrinche y pataleo, él extiende el brazo diciendo:
te llevo de una vez.
Volvemos dentro. Klausan baila en el aire mientras sus
hombres-dragón de cómodo se arrastran, comen y copulan por todo el lugar.
Entramos a la zona oscura. Parece el ano
del diablo, no veo ni la palma de mis manos. Sujeto a Conejo por la espalda
para no reventarme el hocico con una caída. Escucho un tintinear metálico, es
el juego de llaves que saca de su bolsillo.
Nos detenemos. Se oye un clic y se hace la luz. La puerta
metálica del baño de hombres aparece frente a nosotros.
-¿El baño de hombres?
-Nunca se usa –dice buscando la llave en el manojo-. Aquí
está –mete la llave en la cerradura-. Todos hacemos afuera –abre.
Efectivamente nos encontramos en un baño masculino. Con su
lavabo seco, su escusado y un
mingitorio. Junto a él hay un puertecita, de no más de 70 centímetros de
alto.
-Aquí es –dice Conejo abriendo. Adentro suena Welcome Home-.
Feliz viaje de regreso.
La puerta lleva directo a la fiesta a la que fui con Dud. Él
está en la barra, con un trago en la mano, coqueteando con un tipo. Yo sigo en
el sillón, inconsciente, con la boca y los ojos abiertos mirando a la nada. Se
me escurre la baba. Mi mano sigue aferrada al vaso con vodka. Parezco muerto o
en coma. Me pregunto cuánto tiempo he estado así. A nadie parece importarle o haberlo notado.
Salvo por Dud, no creo que nadie se aflija si no despierto.
Me pregunto si lo notará hasta que acabe la fiesta.
Me pregunto si alguien más lo notará… si la noticia llegará a oídos de Mimi. Y si
le importará un comino.
Después de ella, tuve otras novias. Cada una peor que la
anterior, hasta que simplemente dejé de intentar olvidarla.
-¿Y bien? –dice Conejo con su mano en la puerta.
-Espera –le digo. Doy media vuelta y me interno de regreso
en la oscuridad.
Llego hasta el trono de Klausan que desciende a su trono al
verme.
-Aun tengo una pregunta –le digo- ¿Qué es este lugar?
Se revuelve sobre sí misma, sonríe, se eleva sobre mi
cabeza, baja, flota a mí alrededor y dice: un lugar para todos los malditos,
los locos, los incomprendidos… Un lugar para los menospreciados y los
desposeídos. Nosotros le llamamos hogar.
Lo estoy pensando… allá nadie se preocupara mucho por mí.
Quizá Dud un poco al principio, pero eso no lo detendrá de irse a Europa como
planea. Así que, ¿Por qué no? Aquí siempre suena la música que me gusta.
Y temiendo que no conteste o me mande a esperar su siguiente
pregunta, le digo: ¿puedo quedarme? –Y sin nada más que su sonrisa simple
aparta su etéreo cuerpo de mí desvaneciéndose en el aire. Se va, dejándome solo
y dudando, hasta que…
-Vamos… -dice Conejo tomándome el brazo- vamos al
chevecentro de la esquina. Warika, Zombie, Neria, te van a caer bien.
FIN
Epilogo:
-Tiene actividad cerebral normal. Eso nos indica que está
soñando, es como si estuviera dormido –dice el doctor
-¿Y no puede despertarlo? –pregunta la señora
-Despertar a su hijo es matarlo –responde.
-Pero si sólo tomó vodka –dice Dud.
-Según los estudios –dice el médico mirando su expediente
–estaba atascado de LSD, además de coca y otras drogas. Es lo que comúnmente
llamamos, se quedó en el viaje –dice y apaga la luz. Comienza a sonar Sleep By Windows de Gary Numan.
You can cry
by my window
You can
crawl on the floor
You can
scream if you want to
But I won't
unlock the door**
**Puedes llorar en mi ventana, puedes arrastrarte sobre el
piso, puedes gritar si quieres, pero no abriré la puerta.
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