jueves, 28 de julio de 2011

VIAJE ÁCIDO: 4-Éxito de los 70´s


A mis pies se extendió una larga alfombra, alguna vez roja, ahora deslavada y vieja. Una onda electrizante sacudió mi cuerpo. Más bien fue como una bofetada de energía. Avancé entre mesas dispuestas con bebidas, frutas verdes y parejas cogiendo al ritmo de la rola más sexy que se halla compuesto: “Rock n Roll Part 1 &2” de Gary Glitter.

Impactado por el espectáculo, me detuve un segundo. Mi entrepierna comenzó a moverse al ritmo del éxito setentero cuando me cogieron del tobillo. Di un pequeño brinco. Una morena me tenía agarrado. Se retorcía como animal en celo en el piso. Me miraba con ojos suplicantes y lascivos. Su espalda desnuda y húmeda se contoneaba sugiriéndome tomarla. Siempre he sido un chico fácil; ya podía sentir sus carnosos labios alrededor de mi verga.  Estuve a punto de agacharme y besarla cuando sentí al conejo tras de mí y con él su advertencia.

Me sacudí a la hembra con unas pataditas y seguí caminando entre la carne. El olor a vino y a sexo era demasiado penetrante. Comencé a salivar. El dolor de cabeza había pasado y la música me hizo recordar a Mimi, mi primera novia.

“Gary Glitter era genial”, le decía, “exhalaba testosterona, la mujeres se volvían locas en su presentaciones  a pesar de su peinado ridículo y estar fuera de forma, entonces esto era cool. En ese momento no tenías que estar hinchado en músculos o tener los dientes blancos para ser un símbolo sexual. Y menos en Inglaterra. Eran los 70”.

“En los 60 este tipo había hecho de todo” continuaba diciéndole como si a ella la importara un comino la vida del tipo, “tuvo una banda llamada ‘Paul Russell & The Rebels’ y lo había intentado en solitario haciéndose llamar Paul Raven y Paul Monday sin ningún éxito hasta 1971 cuando compuso ‘Rock N Roll’: un himno rockero de la época. Recuerdo una entrevista donde dijo: después de tantos años, es genial tener un éxito”, terminé diciendo entusiasmado. Ella respondió con desaprobación: “hablas como si hubieras estado ahí, pero ni siquiera habías nacido”.

“Bueno, eso no importa”, contesté, “el tipo es un maldito dios. En el 99 terminó en la cárcel por tener pornografía infantil, cuando salió se largó a Camboya, un país donde la prostitución de niños no está penada ¡es un moderfocking dios!”.

“¡¿Qué estás diciendo?!”, exclamó ella parándose de un brinco. “¡Idolatras a un maldito pederasta!”.
“¡No!, no”, balbuceé.
“¿Entonces? Eres un maldito enfermo”.
“¡No!, sólo decía que es genial”, traté de explicarle.

“¿Genial?, vete al diablo estúpido enfermo. No puedo creer que quisiera acostarme contigo”, dijo, se puso sus lentes y salió de la cafetería. Me quedé solo, con una maldita erección y una cuenta por pagar. Era mi maldita primera novia, quería compartir las cosas que me entusiasmaban con ella, pero lo estropeé. Debí dejarlo en el plano más simplista: la atracción sexual.  La volví a ver un par de veces pero nunca me atreví a hablarle. Ella por su parte le dijo a todo el mudo que me masturbaba con la música de un anciano al que le gustaban los niños.

“Times have changed in the past but we won't forget, though the age has passed they'll be rockin' yet**”, va sonando la canción cuando tropezando con unos escalones voy a dar a los pies de Klausan.


**Los tiempos han cambiado en el pasado pero nosotros no olvidaremos que aunque la era haya pasado ellos seguirán rockeando –Gary Glitter.


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