jueves, 8 de julio de 2010

PENSAR PENSAR PENSAR

A veces pienso. La mayoria del tiempo sólo existo pero a veces pienso. Cuando era niño pensaba mucho, pero en la pubertad concluí que pensar sólo me hacia sufrir y dejé de hacerlo voluntariamente. Pero en ocasiones, si me distraigo vuelve a mi el pensamiento, y aunque lo ahogo rapidamente y sin piedad, su abrupta aparición me deja herido… herido y con más ganas de dejar de existir que de pensar.

Me gustaria ofrecerle al diablo mi alma a cambio de inmortalidad. Pero ya es suya, se la regalé en aquella pecaminosa borrachera sexual. Faltan mandamientos para que yo rompa, faltan pecados para que yo cumpla. Y entonces pienso que ese no es el camino, y de nuevo, lo tomo del cuello y lo ahogo en la oscura profundidd de mi mente. Eso me reconforta sobre las heridas que deja, y para evitar el dolor, sigo, y sigo, y sigo pecando con entusiasmo y felicidad.

“Deberias escribir sobre ser tú”, le aconsejo a un amigo escritor que no ha escrito una frace coherente en años. Deberia seguir mi propio consejo pero eso implicaria pensar sobre mi mismo y no hay nada que duela tanto como eso.

Llueve… el aire fresco me trae una sensación olvidada. No sé de donde venga pero la conosco. Imágenes se revuelcan en mi mente mientras trato de meter la mano en el pensamiento dormido para extraer justo el momento al que pertence ésta sensación…

Cierro los ojos… Me concentro. ¿Hace cunto que no sentia llover asi? Las gotas estrellandose sobre el tejado, un vehiculo pasa frente a la casa y escucho sus neumeticos chocando con el agua encharcada en el pavimento. Es una teja de plastico. No habia teja de plastico en Chiapas, ni en Coatzacoalcos… otro vehiculo pasa iluminando la las gotas que suicidas se aventaron al mundo esta noche.

En la sombra de mi memoria veo un plastico golpeado por el agua, plastico amarillo. Borbotones cayendo, escurriendo de la azotea hasta la acera… ¡Ahi esta!

Entonces lo tengo. Lo he cogido; rapido antes de que se escurra de mis dedos: el agua golpeando un plastico amarillo, eso es la puerta de un baño corrediso, ruido del agua cayendo en la acera; estaba en un segundo piso, llovia mientras me bañaba, me preparaba para dormir aunque de antemano sabia que no lo haria, estaba en Ciudad de México. Dentro de unos días presentaría exámen para la universidad. Estaba nervioso. Me sentia en el borde de mi vida, en ese punto que lo decidira todo.
Pero no fue asi. Y si lo fue me niego a aceptarlo, por que poco días luego presenté la prueba y no fui aceptado.

Una sensación arrastrada en las redes de mi memoria desde el fondo de mi alma. Maldita sea mi alma que sólo existe, no se transforma en nada mas, y no deja de pensar.

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3 comentarios:

  1. simon, en cuanto te caiga por allá XD
    o en cuanto caigas por acá Xp

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  2. es mu interesante lo que escribes
    tienes el talento y eres muy bueno
    me gusta lo que haces

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