-¿Y a quien dices que buscamos? –le pregunto al hombre
conejo mutante. Apareció en la caverna mientras me limpiaba los mocos en el pantalón.
Iba canturreando canciones de Moderatto, un cover de los 80, pero precisar cual
me sería difícil. Me dio unas servilletas para limpiarme.
-A Klausan –dice el hombre conejo mutante.
-¿Es algo así como Santa Clos? –espeto.
“¿Qué haces aquí?”, preguntó mientras me sonaba la nariz, “no
deberías estar aquí”, dijo. “No tengo una puta idea, me tomé unos cuantos
vodkas y cuando vi aquí estaba”. Puso cara de preocupación (hay que imaginar a
un conejo poniendo cara de preocupación) al decir: “pues you're not in Kansas
anymore”.
-¿No estás grande para creer en Santa? –dice el conejo.
-¿Tú no eres el conejo de pascua? -supongo que si hubiera
sido cualquiera de mis amigos (aja, sí sólo tengo uno) me hubiera aterrado ver una
cosa como esta… pero yo no, yo soy fan de Marilyn Manson.
-No –responde- soy el conejo que te lleva hasta el fondo del
túnel.
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